La Escuela es un lugar de encuentro, un pozo de pueblo, un lugar del que podemos sacar provecho y contribuir, donde los que aspiramos a practicar el arte del cambio social con una delicadeza radical, podemos encontrar un hogar.
El mundo se revela a través de nosotros, nosotros nos revelamos a través del mundo. Y todo es tan esquivo, tan imposible de sostener, porque lo que sostenemos, lo que nombramos, es solo lo que ha sido, nunca podemos capturar el devenir, la vitalidad, el proceso o nosotros mismos.
Sabemos que cuando vislumbramos el devenir, vemos un mundo nuevo. Y sabemos que, ver a través del prisma de nuestra propia práctica reflexiva, a la ligera, es sostener una vela en la oscuridad y permitir que el mundo respire una vez más.